
Por Jos‚ Antonio Caravaca
UN CASO
CONTROVERTIDONo tengo ninguna duda. Si existe un suceso realmente
pol‚mico dentro de la copiosa casuistica OVNI registrada a lo largo y ancho de
la provincia de C diz, ese es el caso ocurrido en la localidad costera de Conil.
Incluso podr¡a añadir, sin equivocarme, que en nuestro pa¡s, nunca un episodio
relacionado con los enigm ticos No Identificados despert¢ tanta curiosidad y
admiraci¢n, y ¿por que no?, en la misma medida controversia, debate y
rechazo.
Han pasado algunos años desde que la sensacional noticia del
encuentro de unos j¢venes con unos misteriosos humanoides "mutantes" diera la
vuelta al mundo. Son muchos los investigadores que han dudado de la veracidad
del testimonio vertido por los testigos, sobre todo teniendo en cuenta la
inquietante conclusi¢n que se extrae del relato de los mismos... que entidades
no humanas pudieran convivir entre nosotros como personas completamente
normales, o al menos, infiltrarse espor dicamente en nuestra sociedad por
motivos que ni siquiera podemos aventurar...
El conocido reportero Juan
Jos‚ Ben¡tez investig¢ en profundidad los hechos publicando posteriormente el
resultado de sus pesquisas en una de sus obras mas impactantes y arriesgadas, La
Quinta Columna. Para el escritor y periodista navarro aquel incidente fue real,
siendo por derecho propio, uno de los encuentros cercanos con tripulantes de
OVNIs mas espeluznantes que hab¡a podido encuestar. Y como dec¡a el titulo de
otro de sus libros "La punta del iceberg", el caso Conil se convirti¢, s¢lo, en
el extremo mas visible de una extraordinaria y desconocida casuistica que se
estaba dando por todo el litoral gaditano, y especialmente en los alrededores de
aquel pequeño pueblo tur¡stico, que hasta entonces apenas era conocido a nivel
nacional.
Por l¢gica, debido a su cercan¡a con mi lugar de residencia, la
investigaci¢n de ‚ste particular episodio OVNI (nada com£n por cierto con los
miles de testimonios recopilados en los £ltimos 50 años de literatura ufol¢gica)
se convirti¢ en un autentico reto personal. En un apasionante viaje tras la
huella de unos escurridizos y fantasmag¢ricos humanoides que como surgidos de la
nada, irrumpieron en el transcurso de unos años, en unos lugares determinados y
concretos de la geograf¡a gaditana... Y mi sorpresa fue en aumento a medida que
iba profundizando en la cuesti¢n, conociendo nuevos y reveladores datos... y
sobre todo, descubriendo nuevos escenarios para estas
apariciones...
Durante mas de una d‚cada, he podido documentar un buen
numero de ‚ste tipo de sucesos, que demuestran que, al menos, para quebranto y
espanto de algunos, testimonialmente existen suficientes indicios que
corroboran, en parte, las sorprendentes declaraciones ofrecidas por los j¢venes
de Conil. No pretendo aseverar con el siguiente trabajo, que entidades no
humanas convivan con el ser humano o que lo "extraterrestres" ya est‚n
instalados tranquilamente en la vivienda de al lado de su domicilio, ni mucho
menos, solo aspiro a ofrecer al lector trazos de una realidad que no por
inveros¡mil ha de ser menos cierta y cre¡ble...
UN BUEN SUSTO EN LA MADRUGADA"Hab¡amos
hecho una marcha con unos amigos por la costa de C diz visitando varias playas y
pernoctado en ellas. El viernes 4 de septiembre de 1992, acabamos en Conil tan
solo un amigo y yo. En aquellas fechas se celebraba la feria en la ciudad, y
tras estar un rato all¡, por el cansancio m s bien, decidimos irnos a dormir a
la playa. Sobre las 22:00 o 22:15, bajamos por la playa de los Bateles y
decidimos alejarnos hacia la izquierda, para evitar el bullicio de la gente de
la feria que estaba a pocos metros de all¡ y que podr¡an molestarnos a lo largo
de la noche. Cruzamos el r¡o, y tras andar unos 200 metros nos quedamos en la
playa del Palmar. Estuvimos cenando tranquilamente y a eso de las 00:30 decimos
acostarnos. De pronto, vimos que por la l¡nea de horizonte, se acercaban dos
personas..., pensamos que estar¡an haciendo footing, pero al pasar cerca de
nosotros vimos que no eran personas normales...".
Como iban a suponer
Luis S. y Ram¢n G. que, el ultimo d¡a de sus tranquilas vacaciones, el destino
les hab¡a reservado una siniestra sorpresa que har¡a que jamas olvidaran aquel
periplo por distintas playas de C diz...
Fue el propio Luis S. de 29 años
y abogado de profesi¢n, quien nos narr¢ el suceso, años despu‚s, en 1996, a lo
largo de una amistosa charla en una c‚ntrica cafeter¡a de la capital gaditana.
Luis desconoc¡a, por aquellas fechas, que precisamente un mes de septiembre de
1989 muy cerca de donde ellos se quedaron a dormir, varios testigos se
encontraron cara a cara con unos extraños humanoides...
Quiz s, si
nuestro abogado hubiera conocido ese antecedente no habr¡a pernoctado en aquel
lugar... o al menos se lo hubiera pensado antes... pero ¿que ocurri¢ exactamente
en Conil para que todas las miradas se dirigieran hacia ese modesto pueblo?.
Abandonemos por un momento la capital gaditana y traslademosnos hasta esa bella
poblaci¢n costera volcada en el turismo que actualmente cuenta con una poblaci¢n
de 19.417 habitantes...
HUMANOIDES EN
CONILIsabel S nchez (17 años), L zaro (14 años), Pedro Gonz lez
(21 años), Loli Berm£dez (23 años) y Pedro S nchez (19 años), formaban una
pandilla de amigos de Conil que se reun¡an por las noches frente a la playa de
los Bateles para charlar y pasar el rato sentados en la fina arena. Pero aquel
mes de septiembre de 1989 algo iba a cambiar para siempre sus tranquilas vidas.
Durante varios d¡as estuvieron observando unas misteriosas luces en el cielo que
se mov¡an de un lado para otro sobre sus cabezas, por su forma y movilidad, no
parec¡an ser luces de aviones o helic¢pteros. Movidos por la curiosidad, acud¡an
cada noche al mismo lugar y sobre la misma hora (20:30 horas), con la intenci¢n
de ver aquellas luminarias, que con un puntualidad fuera de lo usual, acud¡an a
la cita nocturna con los j¢venes. El viernes 29 ninguno de los presentes
imaginaba si quiera remotamente lo que iba a suceder all¡ sobre la arena de la
playa.
Sobre su posici¢n observaron un objeto luminoso en forma de media
luna, con unas luces rojas en su interior dispuestas en forma triangular, y otra
luz anaranjada, que hab¡an visto anteriormente, hizo acto de presencia en la
linea de horizonte del mar. Seg£n apreciaciones de los testigos las luces
parec¡an comunicarse entre si, emitiendo destellos luminosos, intermitencias que
repet¡an con cierta frecuencia.
Pero el gran estupor lleg¢ cuando sobre
las nueve de la noche se percatan que cerca de la orilla hab¡an dos humanoides
muy altos de unos 2 metros de altura y ataviados con unas t£nicas blancas. Sus
cabezas eran tambi‚n blancas pero de una tonalidad diferente, sin facciones en
sus rostros ni cabellos. " Los seres, con los brazos pegados al cuerpo y unos
andares torpes, se dirigen hacia el grupo -escribe Juanjo Ben¡tez. Cunde el
p nico y los j¢venes huyen. Los seres se detienen y, al poco, los muchachos
hacen otro tanto. Se hallan a veinte o treinta metros. Los seres giran y dan la
espalda a los cinco testigos. Parecen observar la luz roja que permanece inm¢vil
sobre el puerto de Conil.En esos instantes, los vecinos ven caer lo que
denominan una "estrella fugaz". Es una luz pequeña, como una pelota de tenis y
de un color blanco-azulado. Surge a escasos metros sobre las cabezas de los
seres y se esfuma cuando parec¡a que iba a chocar contra ellos. Acto seguido,
sin inmutarse, los dos seres se sientan en la arena y excavan un pequeño
mont¡culo a su alrededor. La "muralla" tiene forma de herradura. Segundos
despu‚s, seg£n los testigos, "se dejan caer de espaldas, siempre tiesos como
palos".
En esos tensos momentos, los seres se intercambian una pequeña
esfera de color azul-celeste que parece flotar de un lado para otro. Estuvieron
de esta forma alg£n tiempo hasta que uno de los j¢venes distingui¢ a trav‚s de
unos prism ticos a otro extraño ser, mas impresionante a£n que sus antecesores,
que se hallaba a los pies de los otros dos. Este £ltimo humanoide ten¡a una
altura colosal, Pedro Gonz lez asegura que med¡a al menos tres metros, siendo su
cabeza desproporcionadamente grande en relaci¢n al cuerpo y ten¡a dos enormes
ojos negros. Seg£n todos los testimonios recabados el gigantesco ser vest¡a un
ceñido mono de color negro. De pronto, los dos "individuos" que estaban tumbados
sobre la arena se reincorporaron, los testigos esperaban ver, de nuevo, a los
humanoides pero en su lugar, hab¡a "aparecido" una pareja vestida completamente
normal y no hab¡a rastro de las t£nicas. El hombre era muy alto, rubio y vest¡a
con vaqueros y camisa, ella ten¡a el pelo largo, moreno y vest¡a con una falda
larga de color blanco.
El extraño d£o se dirigi¢ tranquilamente hacia el
pueblo, y al pasar cerca de los muchachos estos los pudieron apreciar mejor.
Comprobando que por su aspecto f¡sico parec¡an turistas extranjeros, "alemanes"
o n¢rdicos, sin embargo los rasgos faciales del hombre eran peculiares, pues
ten¡a la frente muy ancha y el nacimiento del pelo se hallaba muy retrasado en
la cabeza.
Mientras tanto, el humanoide de negro que hab¡a permanecido
inm¢vil en la playa, parec¡a vigilar estrechamente a los j¢venes. De pronto el
gigante se encamin¢ hacia poniente, "volando" sobre una sustancia gaseosa,
parecida a una pequeña nube blanca que se hallaba en su pies. El ser estaba
completamente r¡gido, como una estatua, sin ejecutar movimiento alguno en sus
piernas. Dos de los testigos, corrieron hacia la playa tras el gigante, pero los
gritos de sus compañeros les hicieron desistir de su persecuci¢n. El extraño
humanoide se detuvo en ese instante volvi‚ndose hacia los dos j¢venes, fue as¡,
cuando pudieron apreciar que el rostro de aquel ser no pose¡a facciones, excepto
los ojos que eran de un negro intenso y ahuevados. Tuvieron la sensaci¢n de que
les estaba advirtiendo de algo, pero los j¢venes no tuvieron un segundo para
pensarselo dos veces y volvieron de inmediato con sus amigos...
Como si
la historia a£n no hubiese terminado, minutos mas tarde, pudieron contemplar
otra extraña luz en el cielo que iba desde poniente a levante desplaz ndose, sin
hacer el menor ruido, "como pegando saltitos en zigzag". Tras concluir el
avistamiento, se incorpor¢ al grupo el hermano de Loli, Juan Berm£dez. Una vez
que le narraron lo sucedido se dispusieron a examinar el lugar donde hab¡an
visto a los humanoides en la playa. Llegados a la orilla, pudieron inspeccionar
unos mont¡culos en la arena, que supuestamente hab¡an elaborado los humanoides
antes de tumbarse. Apreciaron, entre los montones de arena, unos arañazos
realizados por unos dedos muy finos y largos, semejantes, en aspecto, a los
surcos delgados que deja un rastrillo.
Las huellas de los pies desnudos
denotaban, evidentemente, que no calzaban zapatos. Las marcas correspond¡an a un
pie de unos 45 cm. de longitud por 15 cm. en su parte ancha. El puente del pie
aparec¡a curvado y con el dedo pulgar mas desproporcionado que el resto. Lo
particular de ‚stas huellas, comentaron los testigos, es que tanto las pisadas
del hombre como las de la mujer se hund¡an igualmente en la arena, a£n cuando el
sujeto era mucho mayor y l¢gicamente m s pesado que la chica.
En el
camino que tomaron la pareja hacia el pueblo hubo algo mas que les llam¢
poderosamente la atenci¢n. A unos 20 metros del surco aparecieron numerosas
huellas, decenas de ellas, que parec¡an dar vueltas alrededor de un punto, sin
embargo, los testigos, no observaron en ning£n momento que la extravagante
pareja diese vueltas de esta forma (¡).
Todo termin¢ por esa noche. Algo
inquietos y asustados, los j¢venes gaditanos regresaron a sus casas y m s de uno
no pudo conciliar el sueño aquella larga madrugada...
Al d¡a siguiente,
seg£n nos explica Pedro Gonz lez, en una de las m£ltiples entrevistas que hemos
mantenido con ‚l, nada m s despertarse, unos amigos le avisaron de que hab¡a un
grupo de personas inspeccionando la playa, rastreando la arena con detectores y
que varios helic¢pteros sobrevolaban la zona. Una vez reunidos todo el grupo
acudieron al paseo mar¡timo pudiendo comprobar con sus propios ojos el amplio
despliegue de rastreo que se efectuaba sobre la playa de los Bateles. "Por otra
parte -revela Pedro-, d¡as antes del 29 de septiembre una pareja de amigos que
ven¡an de Madrid, me contaron que circulando con su coche por la carretera
situada junto a la playa de los Bateles. Cuando se dispon¡an a bajar del
vehiculo vieron como llegaba una furgoneta blanca y de la que bajaron siete
personas perfectamente trajeadas. Uno de ellos se aproxim¢ al autom¢vil de la
pareja madrileña para pedirles la documentaci¢n. Por lo visto eran polic¡as y
les dijeron que se marcharan de all¡."
Estos datos aportados por Pedro
Gonz lez, alertando de la presencia en Conil de "polic¡as de paisano" y de
personas rastreando la playa, son sumamente llamativos. Investigaciones que he
conducido al mas alto nivel han arrojado informaciones insospechadas hasta el
momento por su trascendencia y que podr¡an aclarar muchos puntos oscuros de ‚sta
trama. Mis pesquisas señalan que, al menos, dos servicios de inteligencia
europeos, incluyendo al español (CESID: Centro Superior de Informaci¢n de la
Defensa en su fecha, actualmente CNI: Centro Nacional de Inteligencia), pudieron
estar al tanto de lo sucedido la noche del 29 de septiembre de 1989, sea cual
fuera la naturaleza del fen¢meno manifestado ante los muchachos. Por
casualidades del destino, que en ocasiones es demasiado caprichoso, en aquella
pequeña localidad gaditana, existe desde hace muchos años un importante
destacamento de los servicios secretos españoles, dedicado concretamente al
espionaje electr¢nico, cuya base de operaciones, por cierto, no se haya muy
lejos de donde sucedi¢ el incidente. Personalmente he corroborado que algunos de
sus agentes conocen los pormenores del caso, siendo muy reacios a comentar
abiertamente el hecho... pero dejemos esta informaci¢n, de momento,
"congelada"...
Añadir que el 29 de septiembre de 1989, las sofisticadas
instalaciones del radar militar de Algeciras, encargadas entre otras cosas de
controlar toda la zona sur de España, quedaron misteriosamente inutilizadas(¡),
con la repercusiones que un "fallo" de esas caracter¡sticas puede acarrear a la
seguridad nacional...
Y dos meses despu‚s del avistamiento de los
j¢venes, varios agentes de la polic¡a local, fueron testigos de como unos
extraños objetos iluminaban a su paso tanto las instalaciones de Telef¢nica como
las de una "instalaci¢n" militar cercana a la playa de los Bateles. "Se ha
podido observar - leemos en el informe policial redactado en la comisaria de
Conil el 29 de diciembre- que en las inmediaciones de telef¢nica exist¡an dos
grandes focos de luz sobrevolando, dirigiendonos al lugar por la carretera del
pago del sorro y a la altura del camping denominado los eucaliptos nos detuvimos
para observar dichos focos, se pudo observar que los focos estaban parados y no
se pudo apreciar ning£n tipo de ruido de aparato en vuelo, dichos focos se
apagaron inmediatamente (la extraña luz reacciono ante la presencia de los
agentes)
convirtiendose en un pequeño foco de luz tenue casi inapreciable,
tomando seguidamente direcci¢n donde anteriormente alumbraban, desde la
inmediaciones de telef¢nica hasta unos 500 m. pasada la base militar, esto se
pudo observar por un tiempo aproximado entre 60 y 90 segundos".
BUZOS, EXTRATERRESTRES Y BUQUES NO
IDENTIFICADOS
En aquellos d¡as de fren‚tica actividad, los cinco
j¢venes narraron en diferentes medios de comunicaci¢n lo que les hab¡a ocurrido
la noche del 29 de septiembre, y a partir de ese momento fueron sometidos a todo
tipo de cr¡ticas, dentro y fuera de su propio entorno.
La noticia fue
publicada con gran expectaci¢n el 5 de octubre en el Diario de C diz. Los
primeros que acudieron al lugar, fueron miembros del grupo GEIFO (Grupo Español
de Investigaci¢n del Fen¢meno Ovni) que entrevistaron a algunos de los chicos e
incluso participaron junto a ellos en una improvisada alerta OVNI. Los miembros
de dicha agrupaci¢n ufol¢gica, en un primer contacto, "aparentaron" creer en la
historia, o eso al menos es la impresi¢n que tuvieron los j¢venes a su marcha. A
los pocos d¡as, y en contra de esa primera sensaci¢n, GEIFO afirmaba a bombo y
platillo, a trav‚s de la prensa local, que todo hab¡a sido una terrible
equivocaci¢n por parte de los adolescentes.
En su informe los sesudos
investigadores gaditanos declararon que en aquellas precisas fechas se
desarrollaban unas labores de cableado submarino frente a las costas de Conil, y
que los testigos debieron de confundir las luces de los distintos elementos de
la operaci¢n con OVNIs. Concretamente "culpaban" al buque cablero de bandera
brit nica Monarch, que seg£n datos de GEIFO, la noche del 29 de septiembre,
estuvo trabajando muy cerca de la costa gaditana, siendo, por tanto, sus luces
las denunciadas por los testigos. Independientemente que el relato de los
j¢venes indicara que los objetos luminosos que hab¡an divisado se hallaban en el
aire y sobre Conil. Para mas inri, añadieron que la observaci¢n de los
humanoides y la sorprendente transformaci¢n ten¡a una explicaci¢n sencilla y
nada extraordinaria. En realidad, al menos para ellos, se trataban de buzos
pertenecientes al citado buque, que tras desembarcar de una zodiac, decidieron
dar un paseo por el pueblo, tras colocarse unos albornoces y cambiarse de ropa
all¡ mismo sobre la arena de la playa. Las descomunales huellas las produjeron
los buzos al andar con las aletas puestas en la orilla...
No es de
extrañar esta actitud abiertamente cr¡tica por parte de los integrantes del
GEIFO, ya que siempre han destacado por su radical y desmesurado escepticismo
ante cualquier manifestaci¢n OVNI.
Lo anecd¢tico del presente caso, para
sonroje de mas de uno, es que el capit n del Monarch, el Sr. Donaghy, refiri¢ a
Juan Jos‚ Ben¡tez en una entrevista personal, que el cablero bajo su mando
estuvo, como m¡nimo, a 50 Km de distancia de la costa aquella noche, lo que
impedir¡a l¢gicamente la visibilidad de sus luces desde tierra. Las pesquisas de
Ben¡tez tampoco hallaron pruebas de la presencia de dos buceadores nocturnos en
la playa...
Adem s Donaghy, añadi¢ otro detalle desconcertante durante la
interesante conversaci¢n que mantuvo con el bravo periodista navarro, desde su
nav¡o, el capit n y su tripulaci¢n observaron unas extrañas luces rojas en el
horizonte, que pensaron podr¡a tratarse de un barco en apuros por lo que
decidieron ponerse en comunicaci¢n con ellos, sin embargo, a trav‚s de la
emisora recibieron una respuesta, en perfecto ingles, informandoles que se
trataban de pescadores y que se hallaban en perfectas
condiciones....
Pero la historia no acaba aqu¡ para horror del GEIFO...
otros testigos aun deb¡an de confirmar que los incidentes del 29 de septiembre
no eran resultado de la calenturienta mente de cinco imaginativos
adolescentes... y que los buzos no pod¡an estar en todas partes... aunque fueran
en zodiac... o en el "barco volador"...
LLEGAR Y BESAR "EL SANTO""Tuve la gran
suerte de ver con mis propios ojos a seres de otros mundos -el domingo 15 de
octubre de 1989-, cuando investigaba el complejo fen¢meno ovni ocurrido en Conil
de la Frontera, en C diz, la noche del 29 de septiembre de 1989, en que cinco
j¢venes de la localidad tuvieron su primer "encuentro cercano" con humanoides".
Quien as¡ de contundente se manifestaba era nuestro compañero y gran amigo Jes£s
Borrego, quien tuvo la "fortuna" de toparse con la misteriosa pareja de
"alemanes".
"Est bamos tomandonos unos refrescos en un bar -nos relat¢
Jes£s Borrego autor de decenas de art¡culos dedicados a los OVNIs y otros
enigmas- cuando los chavales (se refiere a los testigos) se quedaron mirando a
una pareja que les rebasaba en direcci¢n al mar. Lo extraño de ellos era la
cabeza del hombre -rubio- as¡ como su elevada estatura. La cabeza, aunque
presentaba un tamaño normal, ten¡a el nacimiento del pelo mas atr s de lo
habitual, destac ndose una prominente frente. La estatura del hombre sobrepasaba
los dos metros y la chica -morena- podr¡a tener mas de un metro noventa, y ambos
llevaban el pelo largo".
Borrego actu¢ con sangre fr¡a y en compañ¡a de
algunos de los chicos, decidi¢ seguir a la enigm tica pareja que se dirig¡a
hacia el mar a una distancia de unos 150 metros. La visibilidad era buena y
aunque era de noche, hab¡a luna llena. Entonces sucedi¢ algo inexplicable. La
pareja hab¡a desaparecido s£bitamente, cosa que era pr cticamente imposible,
teniendo en cuenta que all¡ no exist¡a obst culo alguno que dificultara la
visi¢n. Cuando dirigieron la vista hacia la playa observaron un punto oscuro a
lo lejos. Esta mancha, en el horizonte, ten¡a el tamaño de un bal¢n de f£tbol y
segundo a segundo fue aumentando de tamaño conforme se iba acercando. Los dem s
j¢venes, que se quedaron en el bar, pudieron ver en ese instante, aquella masa
oscura que se aproximaba a una vertiginosa velocidad a los testigos. Parec¡a
como si flotase en el aire y a veces avanzaba como si fuese empujada por una
fuerza invisible.
Cuando lleg¢ casi a la altura del grupo de
"exploraci¢n", pudieron apreciar que ten¡a forma humana y que se trataba de una
chica. En un principio, dada la velocidad que llevaba, apenas pod¡an apreciar
las piernas, sin embargo, una vez lleg¢ a la altura de los testigos se detuvo y
continu¢ andando como si nada. Se desprendi¢ de la parte superior de la ropa y
todos coincidieron en que se ve¡a perfectamente el contorno de su figura, a£n
as¡ no pudieron ver bien sus rasgos faciales. Ellos se encontraban a unos 60
metros de la orilla y por tanto de la mujer, que estaba en el borde del mar. La
enigm tica joven continu¢ caminando hacia poniente donde se encontr¢ con otra
persona que nadie vio de donde sali¢. Seg£n Borrego, con la ayuda de Pedro
Gonz lez, que le cronometr¢ el tiempo, "aquella persona hab¡a recorrido ¡cuatro
kil¢metros en 45 segundos!". Tras este extraño percance, que les distrajo de su
primer objetivo, procedieron a seguir las huellas marcadas en la arena por la
pareja. Las de la chica apenas si se ve¡an, en cambio las del hombre las notaron
muy profundas y de una longitud de casi 50 cm. Este detalle lo apreciaron
n¡tidamente, ya que la arena estaba mojada. El rastro continuaba hasta
adentrarse en el mar, "es como si hubiesen seguido su camino hacia el mar y
hubiesen desaparecido en ‚l"... Pues bien, cuando los chicos y el sorprendido
Borrego, que solo aspiraba en aquella jornada conseguir una simple entrevista,
regresaban al pueblo "vimos de nuevo a la pareja de marras, ¡y con la ropa
totalmente seca!." señala el experto investigador gaditano que no daba cr‚dito a
sus ojos.
Juan Berm£dez nos explic¢ un nuevo detalle de la historia
"cuando vimos a la pareja, a trav‚s de los prism ticos, parec¡a que el hombre me
miraba fijamente, y eso que yo estaba escondido tras unos paneles publicitarios
y a cierta distancia". Añadir que cuando pasaron ante ellos, en el pueblo, el
hombre llevaba cara de pocos amigos y se les qued¢ mirando, pasando el brazo por
encima del hombro de la chica en señal de protecci¢n. Juan Berm£dez les film¢
con una c mara de cine de 8 mm. Sin embargo cuando envi¢ la pel¡cula para su
revelado a Madrid ‚sta sali¢ velada, y las im genes grabadas anteriormente
ven¡an desordenadas a su vuelta...
"Solo puedo deciros una cosa -concluye
Borrego- lo ocurrido en Conil de la Frontera, por muy inveros¡mil que parezca es
real, yo fui testigo de ello, pese a quien pese". Dejamos a nuestro colega Jes£s
Borrego, conscientes de que su testimonio era una pieza fundamental en todo este
"endiablado" rompecabezas de los "infiltrados". Pues la historia se complicaba
hasta limites inimaginables con el descubrimiento de nuevos datos. La noche del
29 de septiembre la pareja se hosped¢ en un hotel de Conil tal y como apuntaron
los j¢venes. Pues bien, Juan Jos‚ Ben¡tez constat¢ que la documentaci¢n
utilizada por el hombre y la mujer era falsa, aunque realmente los datos que
facilitaron pertenec¡an a un matrimonio real alem n, pero que nunca hab¡a puesto
un pie en España....
Pedro Gonz lez nos facilitar¡a nuevos detalles de
los turistas "alemanes"; "El señor de pelo rubio lo hab¡amos visto anteriormente
por el pueblo varias veces, pero a ra¡z de aquello y de lo que nos ocurri¢ con
Borrego desapareci¢ s£bitamente sin dejar rastro. Algunos vecinos del pueblo lo
conoc¡an y tuvieron la oportunidad de o¡rle hablar, comentaron que hablaba en
varios idiomas. Tambi‚n escuche la historia de un crio de Conil que vio como un
individuo muy alto y rubio despellejaba a un animal, al parecer un perro, en un
lugar apartado de la playa, sin embargo, nadie tom¢ en consideraci¢n los
comentarios del chico".
DE NUEVO UN
GIGANTE EN LOS BATELESNuestras persistentes investigaciones en el
litoral gaditano, en busca de mas testimonios que fortalecieran nuestras
sospechas deb¡an de dar sus frutos... y as¡ fue. En el verano de 1993 seguimos
la pista de un vecino de Conil que hab¡a tenido un siniestro encuentro con una
gigantesca entidad...
Pero no fue hasta muchos años despu‚s, cuando al
fin pudimos dar con el paradero del protagonista de ‚ste nuevo encuentro. En
compañ¡a del infatigable Juan Jos‚ Ben¡tez, Pedro Gonz lez y mi inseparable
compañera Mari Carmen Muñoz, conseguimos que a regañadientes Antonio M. nos
relatara su crucial experiencia.
Nuestro testigo es un hombre honesto y
trabajador que lo £nico que le interesa es sacar adelante a su familia. No
quiere publicidad y solo nuestra persistencia ha conseguido que podamos acceder
a su testimonio tras años de insistencia. "Sal¡ a mariscar temprano -nos relata
Antonio-, era julio de 1993. Aun no hab¡a amanecido del todo y no hab¡a mucha
claridad. Iba por la playa de los Bateles y mientras andaba por la orilla me
cruce, a una distancia, con un "persona", aunque solo vi la silueta, le salude y
segu¡ andando. Al momento pens‚ que "tio" mas alto, pues su altura era
considerable. Entonces o¡ un ruido, un sonido como un silbido por detr s m¡a. Y
al volver la vista lo vi bien... Era una cosa enorme. Con un traje negro pegado,
con una cabeza enorme y dos ojos negros...". Antonio M. nos indica que el
humanoide que le sali¢ al paso pod¡a medir unos tres metros de altura, y que su
cabeza era desproporcionada en comparaci¢n con el resto del cuerpo. Incluso
llego a afirmar que le costar¡a estar de pie en la habitaci¢n donde nos
encontr bamos haciendole la entrevista. Parec¡a flotar en el aire, no muy lejos
de la orilla, manteniendo una curiosa postura, ya que ten¡a ligeramente
flexionado los hombros y las rodillas dando un aspecto de relajaci¢n. Tambi‚n
nos explica que en esos momentos del encuentro, curiosamente, no sinti¢ ning£n
temor ante la aparici¢n, y decidi¢ acercarse al misterioso ser, comprobando como
‚ste se alejaba hac¡a atr s levitando. El joven pretend¡a acercarse pero aquel
humanoide era esquivo. Sin embargo, en una de las intentonas, el inquietante
gigante se le aproxima.
En medio del silencio del amanecer, de nuevo se
escuchan los extraños silbidos que parec¡an provenir del visitante. Antonio, sin
saber de donde le sali¢ el valor, le contest¢ imitando el sonido agudo. El
gigante parece sorprenderse dando un salto hacia atr s. Al comprobar que el ser
se asusta nuestro protagonista vuelve a aproximarse. Ante sus at¢nitos ojos,
aquella criatura, en menos de un segundo y sin que sepa como, se sit£a tras
‚l.
Antonio, un poco m s nervioso se vuelve y el ser realiza el mismo
movimiento, coloc ndose de nuevo a sus espaldas. Fue entonces cuando el joven
gaditano se siente mas inseguro y decide marcharse de all¡ dejando al inquieto
gigante a su espalda. No acabar¡an ah¡ sus sobresaltos. Cuando llevaba un rato
caminando a buen ritmo, se topa de nuevo al extraño humanoide frente a ‚l. Esta
vez no se detuvo a contemplarlo, y sigui¢ su camino sin mayores incidentes hasta
su domicilio. Es all¡ cuando, tras cerrar la puerta, una desagradable sensaci¢n
se va apoderando de su cuerpo, y el terror hace mella en nuestro, hasta entonces
impert‚rrito, testigo. La experiencia de Antonio M. es muy interesante, pues la
descripci¢n de la fisionom¡a del humanoide coincide extraordinariamente con la
reseñada por sus convecinos en el año 1989. Sobre todo la menci¢n a una
desmesurada cabeza en forma de pera invertida, de tonalidad blanca p lida y con
unos ojos negros ahuevados. Pero hay mas. La descripci¢n facilitada por ‚ste
nuevo testigo, arroja un detalle singular, pues advirti¢ en la espalda del
gigante, una delgada franja blanca vertical cubierta de vello.
Sin duda
la historia parec¡a encajar. Pero las sorpresas no hab¡an hecho mas que
comenzar, en aquellos momentos no pod¡amos imaginar que en las mismas fechas del
c‚lebre episodio de la "transformaci¢n" en otras localidades gaditanas
sobrevinieron otros hechos no menos inquietantes...
OTROS ENIGMµTICOS ENCUENTROS EN ALGECIRAS , BARBATE Y
CHICLANANuestro viaje hace escala en la ciudad de Algeciras.
Andr‚s G¢mez Serrano es un veterano investigador de OVNIs de Algeciras que lleva
mas de 5 d‚cadas dedicadas al concienzudo estudio y recopilaci¢n de encuentros
con los No Identificados en toda la comarca del campo de Gibraltar. En su
extenso archivo existe otra pieza clave para nuestro particular puzzle. De nuevo
seguimos y encontramos el rastro de los humanoides de Conil. "El caso que te
puede interesar ocurri¢ un verano a finales de la d‚cada de los ochenta - nos
refiere G¢mez Serrano en el interior de su acogedora casa, un autentico museo de
la investigaci¢n ufol¢gica- el testigo no recuerda la fecha exacta del mismo,
pero lo que no olvidara jamas fue el susto que se llev¢ aquella noche, eso
seguro. Ten¡a un chiringuito en la playa de Getares (Algeciras) era tarde, ya
hab¡a cerrado y no quedaba nadie en el lugar. Estaba cerrando el puesto cuando
lo vio venir del agua, de la parte de la orilla. Me dijo que era un ser enorme,
muy alto y vest¡a un traje muy raro oscuro, de color negro, y lo mas extraño de
todo era que ven¡a caminando sobre el agua, flotando, aunque no mov¡a sus pies,
si no que mas bien se desplazaba como deslizandole hacia adelante. No pudo ver
detalles de la cara ni nada mas... el traje le pareci¢ como una t£nica pero algo
ajustada pues se notaba perfectamente las piernas... Le entr¢ un miedo de muerte
y salio corriendo dejando todo all¡ por medio, sin guardar ni sillas ni mesas.
Fijate el susto que tendr¡a que subi¢ por medio del campo en direcci¢n al
cuartel de la Guardia Civil que estaba pr¢ximo para dar cuenta de lo que hab¡a
visto. Cuando le calmaron y bajaron a la playa all¡ no vieron nada. El gigante
hab¡a desparecido...".
Con las fechas que barajamos para el presente
caso podr¡amos situarnos, incluso, pocas semanas antes de los hechos de Conil de
la Frontera (Algeciras se halla a unos 77 Km de distancia de Conil) pero lo mas
curioso es que, tambi‚n, sobre la mismas ‚poca otro hecho excepcional ocurri¢
‚sta vez en la paradisiaca playa de Caños de Meca (Barbate se halla a unos 21 Km
de distancia de Conil). Nuestro protagonista Francisco H. no hab¡a dado mayor
importancia a su "visi¢n", no obstante cuando su hijo por cuestiones del azar,
muchos años despu‚s conoci¢ lo ocurrido en Conil inmediatamente lo relacion¢ con
la rara experiencia vivida por su padre en la playa de Barbate. No obstante hay
que señalar que tampoco recuerdan con exactitud la fecha del incidente, pero lo
sit£an entre el verano del año 1989 o 1990. Aunque son naturales de Huelva, en
aquellos años pasaban las vacaciones acampando en Caños de Meca. Ser¡a el mes de
julio o agosto, el matrimonio de unos 40 años y sus dos hijos dorm¡an en una
tienda de campaña instalada en la propia playa a una distancia prudencial de la
orilla para evitar las subidas de la marea. Sucedi¢ de madrugada, cuando
Francisco despert¢ de repente y vio, a trav‚s de la puerta de la caseta (que
tenia una "cuadrado" de platico trasparente a forma de ventana) dos siluetas que
le observaban detenidamente en completo silencio e inm¢viles. Eran dos
humanoides, vestidos de blanco y no pod¡a distinguir bien sus facciones. Estaban
muy cerca de la tienda de campaña observando a los inquilinos de la tienda
mientras dormitaban. Tambi‚n cree recordar que en el fondo, junto a la orilla de
la playa hab¡a otros seres id‚nticos andando de un lugar para otro como buscando
algo.
Un dato interesante de la experiencia narrada por Francisco es que
ten¡a la extraña sensaci¢n, durante los instantes finales del encuentro, que
aquellos individuos le quer¡an decir algo, que quer¡an entrar en contacto con
‚l, pero no se produjo, aparentemente ning£n tipo de comunicaci¢n. Por su
aspecto parec¡an humanos, aunque su indumentaria era muy extraña totalmente
blanca de una sola pieza y una tonalidad que nunca hab¡a visto antes. Sin
aperente l¢gica, Francisco se qued¢ dormido, frente a la inquietante presencia
de dos extraños frente a la tienda donde descansaba su familia, recordando el
enigm tico episodio nocturno a la mañana siguiente cuando se lo refiri¢ a su
esposa e hijos durante el desayuno, indicando que no sab¡a muy bien lo que
sucedi¢ aquella madrugada, pero, sin duda, hab¡a sido la cosa mas rara que le
hab¡a pasado en la vida...
Pero a£n hay un caso mas asombroso, sobre todo
por la fecha en el que se produjo. Gracias al reportero y escritor Iker Jim‚nez
tuve conocimiento de un evento ocurrido el d¡a antes del encuentro de los
Bateles, o sea el 28 de septiembre de 1989. En ‚sta ocasi¢n la fecha es
recordada perfectamente. El lugar, un bosque situado en Roche (Chiclana), que
"causalmente" colinda con la playa de Conil. Varios j¢venes se hallaban jugando
en el interior del bosque, cuando unos incomprensibles ruidos y un fuerte viento
azot¢ los arbustos provocando gran miedo en el grupo. Entre los arboles y la
vegetaci¢n observan, despavoridos, la presencia de una figura estilizada muy
alta que se desplaza entre los arboles. Un silencio parece apoderarse entonces
del bosque. Javier Gala, uno de los chicos, recuerda lo sucedido aquella noche y
afirma que el siniestro individuo " era bastante alto, delgado, tenia largos
brazos y era como una sombra de color morado y marr¢n que cambiaba de tonalidad,
lo vimos desplazarse de un lugar para otro, parec¡a correr".
Lo mas
irritante es que la criatura, similar en aspecto al Big-Foot (Pies Grandes),
pero mas delgada, parec¡a estar en muchos lugares a la vez, pues varios testigos
lo ve¡an pr cticamente en muy poco espacio de tiempo. Los j¢venes huyeron presa
del p nico y a las pocos d¡as leyeron en la prensa lo que hab¡a sucedido en
Conil. Por temor a la repercusi¢n decidieron silenciar su
experiencia...
EXTRAÑOS
"DEPORTISTAS"Pero los humanoides deber¡an de regresar por en‚sima
vez al litoral gaditano, nuestro abogado espera impaciente para terminar el
relato de su extraordinario encuentro con dos humanoides a la carrera en el año
1992, muy cerca de la playa de los Bateles, cuando estaban a punto de pasar la
noche a la intemperie tranquilamente. El cielo estaba despejado y una suave pero
constante brisa de levante golpeaba el rostro de los dos sorprendidos
excursionistas, la luna en cuarto creciente era muda testigo de los
hechos:
"Todo qued¢ en silencio de repente -continua Luis S.- las
gaviotas que escuch bamos hasta hace un momento dejaron de hacer ruido, era muy
extraño..., todo estaba en el m s absoluto silencio, entonces cuando esas dos
"personas" se nos acercaron a menos de 10 o 12 mt, vimos que eran unos seres
delgados, de unos 2.20 mt de altura, y que los dos iban incre¡blemente
sincronizados en el movimiento. Ambos seres mov¡an las piernas y los brazos a la
vez. Apenas mov¡an las articulaciones, no se ve¡a que tocaran el suelo, pero
tampoco os lo puedo asegurar. Iban corriendo, a la velocidad de una persona que
fuera en bicicleta, no muy deprisa pero tampoco a un paso normal...".
Luis y Ram¢n segu¡an con la mirada las evoluciones asombrosamente
sim‚tricas de los dos extraños humanoides, mientras permanec¡an inm¢viles en sus
respectivos sacos de dormir. Al pasar cerca de donde ellos se encontraban, Luis
se cerciora sin lugar a dudas de que no son seres humanos...
"Vest¡an con
unos monos, no excesivamente ajustados -continua Luis-, de color gris perla, de
color brillante como las tela de raso, pero no era metalizado, no brillaba. La
cabeza era muy extraña, algo m s grande que la nuestra, totalmente calvos y con
unos enormes ojos negros rasgados, inexpresivos. Su nariz era muy pequeña, casi
chatos, la barbilla por el contrario era muy pronunciada, y su piel era gris cea
muy p lida. Ten¡an como una especie de capa corta por detr s y llevaban botas,
pero de estos detalles no me acuerdo muy bien. No parec¡a que nos vieran,
nosotros est bamos a unos 15 o 20 mt del mar y ellos pasaron por delante nuestra
hasta que se perdieron en la lejan¡a, yo calculo que todo duro apenas dos
minutos". Los dos humanoides realizaron una trayectoria paralela a la l¡nea de
playa y en ning£n momento cambiaron de velocidad ni de movimientos, tampoco
giraron la cabeza.
¿ABDUCCIDOS?Luis recuerda que su
compañero estaba muy nervioso tras la repentina aparici¢n de los seres e incluso
quer¡a marcharse de all¡, pero tras dialogar unos minutos con ‚l, decidieron
quedarse en el mismo sitio. Al poco tiempo, Ram¢n "inexplicablemente", a pesar
del p nico que hab¡a contra¡do, se qued¢ profundamente dormido. Sin embargo,
Luis que hab¡a permanecido m s tranquilo durante la experiencia, no pod¡a
conciliar el sueño. Horas mas tarde, de madrugada, entre el cabo Roche y un faro
existente en la zona, Luis pudo observar, en el cielo, a baja altura, una
extraña luz amarilla "mortecina" que destacaba entre las luces de los pesqueros
que faenaban en las proximidades. Tras intensificarse durante unos segundos, la
misteriosas luz se fue desvaneciendo poco a poco hasta que Luis dej¢ de
contemplarla. Minutos despu‚s Luis se qued¢ dormido y tuvo una terror¡fica
"pesadilla": "Est bamos en la playa y aparecieron de nuevo los seres -expone
Luis- pero esta vez eran 7 u 8. Nos cogieron a mi amigo y a mi y nos separaron.
Me llevaron a una extraña habitaci¢n que ten¡a el mismo color de la luz que vi
antes en la playa... me despert‚ y comprob‚ que solo hab¡a dormido unos 15
minutos... no pude conciliar el sueño en el resto de la noche...". (Seria
interesante realizarle un regresi¢n hipn¢tica a Luis para conocer que puede
esconderse tras ‚sta notable experiencia "on¡rica", pero ‚ste es muy reacio a
ello).
Al d¡a siguiente, Luis y Ram¢n, marcharon del lugar sin poder
despejar de sus mentes aquel furtivo encuentro con los extraños
humanoides...
Curiosamente, sin Luis conocer los pormenores del "affaire"
de Conil, nos coment¢ en el transcurso de la entrevista un incidente que nos
recuerda extraordinariamente al incre¡ble episodio vivido por el uf¢logo Jes£s
Borrego. Nuestro testigo asegura que horas antes de que viera a los dos seres en
la playa del Palmar, casi al anochecer, estando en un bar de Conil, vieron a una
extraña pareja de extranjeros de apariencia n¢rdica. A Luis le llam¢ la atenci¢n
que iban muy distantes entre ellos (no iban cogidos de la mano), sin hablar y
andando hacia adelante. La chica que cruz¢ una mirada con nuestro testigo, ten¡a
los ojos de un azul muy intenso y ambos llevaban el pelo corto. Al entrar la
pareja en la playa a unos 200 o 300 mt desaparecieron misteriosamente de la
vista del abogado...
¿QUIEN DIJO QUE ERAN
BUZOS?Las investigaciones no han acabado. Mis continuas idas y
venidas por distintos puntos de la geograf¡a gaditana en busca de mas pruebas y
datos siguen dando sus frutos. Uno de los £ltimos casos que he podido recopilar,
apenas hace unos meses, es sencillamente sorprendente, pues entre otras cosas,
me ha llevado a conocer varios sucesos desconcertantes ocurridos en otra ciudad
de la Tacita de Plata de la que no ten¡a noticias hasta la fecha. Fueron unos
buenos amigos Carolina y Jos‚ los que me dieron un toque de atenci¢n a trav‚s de
un providencial correo electr¢nico. Gracias a ellos pude escuchar el
escalofriante testimonio de Eva J., una maestra de escuela que guardaba un
secreto desde hacia varias d‚cadas. Seg£n me relat¢, una vez que nos acomodamos
en una acogedora salita de su domicilio, en los años setenta, al poco de
terminar la carrera, vivi¢ un acontecimiento para el que no ha podido hallar una
explicaci¢n l¢gica pese al gran tiempo transcurrido. Las primeras anotaciones de
mi cuaderno de campo son suficientes; Era de noche y Eva celebraba junto a un
grupo de amigos universitarios una pl cida barbacoa en la playa. De pronto,
frente a la at¢nita mirada de los j¢venes all¡ congregados, surgi¢ un enorme ser
de la orilla. Se trataba de un humanoide enfundado en un traje oscuro que
progresaba a grandes zancadas. El inquietante visitante nocturno avanz¢ por la
playa en direcci¢n al pueblo. Su estatura simplemente impresionante... mas de
tres metros de altura...
En la misma localidad gaditana (cuyo nombre
reservo a conciencia para preservar futuras indagaciones) sucedi¢ otro hecho
inusitado del que existe un parte policial y que conoc¡ gracias a la
intervenci¢n de otro buen amigo, amante de los misterios, Jos‚ Luis Garc¡a.
Sucedi¢ la mañana del 1 de enero del 2003. Un matrimonio sevillano denunci¢ ante
las autoridades locales, que hab¡an presenciado horrorizados como una mujer de
extrañas facciones y de apariencia extranjera, alemana tal vez, se introdujo en
el mar andando sobre lo que parec¡a un camino de piedras, hundiendose lentamente
en el mar con los brazos semi-levantados en cruz, en una extravagante posici¢n.
La mujer se sumergi¢ despacio en el agua hasta desaparecer completamente.
Dos polic¡as municipales acudieron al auxili¢ de la supuesta "suicida"
comprobando que no hab¡a nadie en el agua. Apenas hab¡an pasado 5 minutos desde
que se diera aviso a las autoridades del percance, pero no hallaron nada en un
minucioso rastreo de la orilla. Lo mas chocante de la historia es que los
miembros de la polic¡a local comprobaron, al penetrar en el agua, en su b£squeda
desesperada de la supuesta victima, la total ausencia de un camino recto y
uniforme tal y como presenciaron los testigos. El terreno era muy abrupto y una
persona se hubiera sumergido a los pocos segundos de avanzar. Todo esto quedo
reflejado perfectamente en un parte oficial al que hemos tenido
acceso...
Tambi‚n he podido entrevistarme con agentes de ‚sta misma
comisaria que han protagonizado otros hechos asombrosos...
Marzo 2006. Lo
dicho... la investigaci¢n no ha concluido...